La forma como ha pasado nuestra vida se caracteriza por los constantes cambios que hemos enfrentado. Todo a nuestro alrededor ha cambiado y nosotros también somos diferentes hoy a como fuimos en el ayer, de nuestra infancia y de nuestra juventud. El tiempo pasa y todos los días la vida se renueva y nosotros nos vemos renovados, maduros, diferentes.
Ha cambiado la forma como nos encontramos frente al espejo: nuestra piel, nuestro cabello se ven y son diferentes que en otras épocas. Pero no sólo cambia nuestra apariencia, también como funciona nuestro interior: nuestros músculos y la flexibilidad de nuestros movimientos tal vez no sean los mismos, tampoco la forma como nos alimentamos y lo que requerimos para sentirnos bien; tal vez no veamos con la misma claridad o tengamos alguna dificultad para escuchar, pero al mismo tiempo tal vez no necesitemos ser veloces porque no tenemos afán, tal vez no necesitemos ser ágiles porque sabemos cómo disfrutar los momentos. El tiempo no sólo trae cambios, sino que la experiencia se convierte en sabiduría y todo eso junto, hace que también cambie la forma como se comportan las personas a nuestro alrededor.
No somos los mismos cuando somos niños que cuando somos jóvenes; tampoco lo somos de adultos y después, cuando llega la vejez, nos damos cuenta que recogemos los frutos de las decisiones que hemos tomado y, muchas veces es difícil aceptar que las cosas no son como eran antes: tal vez no podemos recordar con la facilidad que solíamos hacerlo, tal vez hablar nos cuesta algún trabajo y nos podamos confundir con cierta frecuencia; tal vez nos cuesta trabajo leer estas líneas y entender lo que ellas nos quieren decir. Nuestra mente también ha cambiado y funciona diferente que antes.
Tal vez ya no estamos empleados, y el trabajo lo vivamos de una manera distinta a la que lo hicimos durante buena parte de nuestra vida. En casa ya no somos hijos o hermanos, sino padres y abuelos. Tal vez lo más difícil de todo esto es la sensación de que cada vez necesitamos más de otros para hacer lo que solíamos hacer por nuestra cuenta. Es tiempo de mucho cuidado, de cuidarnos más, de cuidarnos mejor, de buscar y aceptar la ayuda que nos brindan, de seguir adelante, de vivir mejor.
Ps. Mg. Magaly Acevedo
FundAnita Ips