A nivel emocional funcionamos como una bomba (de esas que se inflan para decorar celebraciones), si uno infla, infla e infla la bomba sin dejarle ningún espacio para que el aire pueda salir, así sea la bomba más elástica, fuerte, grande, la de mejor calidad del mundo, inevitablemente llegará a su límite, al llegar al límite podríamos ver en cámara lenta cómo se va poniendo tensa, la presión va incrementando y por uno de sus lados, que posiblemente es el lado más tenso, más estirado o más débil en ese momento, por ahí se fisura la bomba e inevitablemente estalla.
Utilizo esta analogía de la bomba para reflexionar sobre cómo explotamos (simbólicamente) a nivel emocional. Las personas no explotamos destruyéndonos físicamente como las bombas, pero si “estallamos” de diferentes maneras, deacuerdo a cada persona y su situación particular. Tengo presentes tres criterios a partir de los cuales explotamos principalmente: 1. Los rasgos de personalidad: diferencias individuales persona a persona, carácter, estrategias de afrontamiento, manejo del estrés, etc. 2. Nuestra trayectoria de vida: marcos de referencia, aprendizajes, experiencias vividas, ciclo vital individual y familiar; y 3. La parte física: cuerpo, organismo, genes, hormonas y funcionamiento global del cuerpo.
Hay muchas formas en las que uno puede “estallar”, por ejemplo hay muchas personas que lo hacen en agresividad: tornándose violentos golpeando cosas, personas y hasta haciéndose daño a sí mismos voluntaria o involuntariamente; hay otras personas que explotan en tristeza: depresión, se aíslan, se desmotivan, se encierran en sí mismos; otras personas somatizan: se enferman, se tensionan, sufren de dolores y molestias, su sistema inmune se debilita; otras personas toman decisiones impulsivas: como dejar de estudiar, dejar de trabajar, dejar la relación de pareja, dejar a la familia, dejar la ciudad, dejar la vida; otras personas sufren de bloqueos: confusión, inseguridad, indecisión e incertidumbre; otras personas se refugian en realidades alternas: como el juego, el alcohol, las drogas, la sexualidad, la disociación, internet, tribus urbanas, barras bravas; en fin, hay muchas formas de “estallar” deacuerdo a cada persona, su situación particular y los tres criterios mencionados.
Lo que me interesa y ocupa es la búsqueda de lo que debemos hacer para no “explotar” de ninguna manera. Si me imagino la bomba ya cargada, tensa y a punto de explotar debo suponer que hay dos cosas que se deben hacer: una importante y otra urgente. Se debe empezar por lo urgente, para después dar paso a lo importante: 1. Lo urgente: Facilitar un mecanismo mediante el cual toda la carga de aire soportada por la bomba comience a salir y así se disminuirán los niveles de presión interna y la bomba no estallará. 2. Lo importante: Identificar, abordar e interrumpir la fuente de aire (carga) suministrada de manera constante a la bomba, para evitar que se vuelva a llenar hasta el punto de casi estallar. Este segundo paso, lo importante, representa las actividades propias de un proceso psicoterapéutico en el que se ayuda a la persona a identificar las pautas y los patrones de acumulación emocional a lo largo de su historia de vida.
Entonces debemos implementar estrategias para, por lo menos inicialmente, “dejar salir el aire de la bomba” de manera controlada, para eso he pensado en por lo menos cinco principales hábitos que recomiendo y trato de aplicar; pero resalto que el utilizar uno o todos los siguientes hábitos no soluciona los problemas o cambia la vida, pero definitivamente estimula el bienestar, distensión y fortaleza para ir a enfrentar los problemas y la vida:
Consolidar y mantener una red de apoyo: esto quiere decir contar siempre con las personas de mayor confianza en nuestra vida, personas que no nos rechacen, discriminen o aíslen, con quien tengamos toda la confianza y tranquilidad para acudir a ellos y compartir lo que sentimos. Muchas personas cometen el gran error de limitar su red de apoyo o renunciar a tener una, dejan de expresar y exteriorizar sus emociones sean las que sean, esto ayuda a que se genere el fenómeno en el que la persona al aislarse se ensimisma, se retrae, quizá deja de ir a estudiar, deja de ir a trabajar, deja de vivir sanamente su vida y prácticamente crea una coraza, una caparazón para sí mismo y lo que se siente allí encerrado en esa burbuja personal es que la dificultad, el sufrimiento, preocupación y demás son más grandes de lo que son en la realidad un poco más objetiva.
La actividad física como rutina diaria: mas no como una actividad aislada de vez en cuando, ayudará al organismo a regular la tasa cardiaca, la respiración, el flujo de sangre, oxígeno y energía a todos los rincones del cuerpo y principalmente nos ayuda a tomar conciencia del tono muscular y, en los momentos de mayor tensión, impulsividad o estrés, podremos conscientemente regular nuestro tono muscular, respirar y relajarnos para comportarnos y relacionarnos con el mundo más sana y asertivamente. Así mismo la actividad física fomenta los estilos de vida saludable y estimula el bienestar y la autoestima. Y como estilos de vida saludable se deben tener en cuenta también los hábitos de descanso, alimentación, cuidado personal y sana comunicación.
Como expresiones artísticas se cuentan todas: escribir, pintar, dibujar, colorear, tocar un instrumento, cantar, tejer, hacer teatro, bailar, manualidades, etc. lo que nos permite básicamente expresar, exteriorizar nuestras emociones, hacer catarsis y transmitir mensajes de diferentes maneras, especialmente si lo hacemos con la conciencia de que nos estamos beneficiando de ello y que nos estamos despidiendo de lo que nos carga emocionalmente.
Quién no es feliz cuando se divierte? Divertirse sanamente es literalmente salir del hábito de preocupación, tensión y estrés al cual nos podemos acostumbrar como fruto de la preocupación constante, rutinaria; hacer lo que me divierte simplemente por el placer de hacerlo me permite liberar endorfinas, estimular la dimensión hedonista de mi cerebro y disfrutar de la vida, por esto es una de las estrategias que más me gusta.
Y finalmente me gusta recomendar como estrategia el construir para sí mismo situaciones de alimento espiritual, deacuerdo a las creencias personales de cada quien, por ejemplo si se cree en Dios y en alguna religión dedicar tiempo para ir a misa, culto o congregación, hablar con Dios, también con el pastor, sacerdote o líder espiritual, cantar, orar, confesarse, comulgar, hacer buenas obras; si no se cree en Dios o en alguna religión, sino en la energía o en la naturaleza se puede dedicar tiempo a las caminatas ecológicas, cultivar plantas, abrazar árboles, recibir la lluvia, recibir la luz y energía del sol; si no se cree en nada de lo anterior, sino en el intelecto o en la razón, lo que recomiendo es visitar bibliotecas, museos, investigar, leer, ir a eventos culturales, participar en grupos focales o semilleros de investigación; y por último, tendremos una gran fuente de alimento espiritual también en la ayuda humanitaria a los demás: hacer voluntariados en hogares de niños o ancianos, rescatar animales de la calle, participar en campañas de ayuda, etc.
De esta manera, simbólicamente, nuestra bomba de las emociones no estará tan cargada, tan tensa o con tanta presión en nuestro interior hasta el punto de tener una o varias explosiones y podremos descargarnos de los pesos que la vida o mejor, descargarnos de los pesos que nosotros mismos asumimos y acumulamos, incluso sin darnos cuenta.
Ps. Mg. Javier Bohórquez
FundAnita Ips.